La inteligencia artificial generativa ha cambiado profundamente cómo los consumidores acceden a la información. Para quienes lideramos estrategias de marketing, esto plantea desafíos importantes, pero también abre nuevas oportunidades. ¿Qué implica esta transición hacia la era del GEO (Generative Engine Optimization) para nuestra estrategia de marketing de contenidos?
Como ejecutivos de marketing, debemos aceptar que, aunque conocemos las tendencias y estamos al día de las innovaciones tecnológicas, nos enfrentamos a un territorio completamente nuevo. La realidad es que aún nadie tiene una solución definitiva para aprovechar plenamente esta transformación.
Estamos en el momento de hacernos preguntas sobre GEO y marketing y estar atentos a los atisbos de respuesta que nos dan las mentes detrás del funcionamiento de las IA.
¿Cómo afecta esta incertidumbre a nuestra planificación estratégica? ¿Qué ajustes necesitamos hacer para incorporar una mentalidad ágil y abierta al cambio constante?
Durante años, trabajar el SEO significaba elegir palabras clave como "zapatos cómodos" o "zapatos trabajo". Hoy, los usuarios buscan con preguntas completas y conversacionales, cargadas de intención, como "¿Qué calzado es mejor para trabajar muchas horas de pie?". Esto transforma radicalmente cómo debemos crear contenidos: ya no repetimos keywords, sino que respondemos claramente a consultas específicas.
El gran dilema es: ¿cuál debería ser el punto de partida? ¿Deberíamos simplemente traducir las keywords tradicionales a queries más conversacionales o comenzar desde cero con estrategias aún desconocidas? La respuesta probablemente no sea una ni otra, sino más bien una invitación abierta a experimentar, probar y adaptarnos continuamente.
Desde una perspectiva estratégica, es clave preguntarnos qué valor diferencial aporta nuestro contenido frente a las respuestas generadas por IA. La capacidad de generar información básica y precisa ya está cubierta por la tecnología, así que debemos centrarnos en aportar valor añadido: ¿Cómo podemos incorporar profundidad, autenticidad y perspectiva humana en nuestros contenidos? ¿Qué elementos exclusivos podemos ofrecer que ninguna IA pueda replicar?
En este contexto, quizá debamos revaluar la cantidad frente a la calidad y originalidad de nuestros contenidos. Más que generar grandes volúmenes de información, es fundamental preguntarnos qué podemos comunicar de forma realmente distinta y significativa. ¿Estamos siendo suficientemente exigentes con nuestro contenido? ¿O podríamos estar cayendo en la generación de material fácilmente sustituible por algoritmos?
Las menciones externas pueden fortalecer o debilitar nuestra marca según su naturaleza y relevancia. Por un lado, menciones positivas desde fuentes relevantes fortalecen nuestra autoridad y credibilidad. Por otro lado, menciones negativas o poco relevantes pueden dañar nuestra reputación y posicionamiento digital. ¿Cómo gestionamos estratégicamente estas menciones externas? ¿Tenemos un plan proactivo para aprovechar las oportunidades y mitigar posibles riesgos?
En un entorno donde los algoritmos cambian más rápido que nuestras presentaciones trimestrales, la capacidad de experimentar de forma continua ya no es opcional: es una competencia clave.
Pero no se trata de probar por probar. Se trata de hacerlo con criterio, midiendo lo que realmente importa. Y en el contexto del GEO, eso implica reformular preguntas clave:
La era del GEO en el marketing requiere menos certezas y más sistemas de aprendizaje. Más validaciones cualitativas. Más espacio para lo no lineal. Porque la optimización ya no es una línea recta: es un ciclo de escucha, prueba, ajuste y mejora constante.
Finalmente, debemos recordar que, más allá de la técnica, el algoritmo y GEO, la esencia del marketing sigue siendo conectar con personas reales. Optimizar para máquinas nunca debería alejarnos del objetivo fundamental: construir relaciones significativas con nuestros clientes. ¿Estamos logrando mantener este equilibrio entre eficiencia tecnológica y conexión humana? ¿Sabemos cómo integrar ambos aspectos de forma efectiva?
Para el marketing, GEO no es una fórmula mágica. Es un enfoque en construcción. Un intento, todavía imperfecto, de responder a un entorno en transformación. Pero si hay algo que parece claro, es esto:
La inteligencia artificial no es un muro que nos aísla del lector. Es un filtro que nos exige ser más claros, conscientes y humanos al comunicar.
En Evoluciona, no pretendemos tener certezas absolutas. Pero sí tenemos algo que hoy es igual de valioso: la capacidad de leer los cambios antes de que estén del todo definidos, de experimentar, de adaptar y de acompañar a las marcas en esta transición.
No se trata solo de implementar GEO en tu estrategia de marketing. Se trata de entender lo que implica: cómo pensamos, cómo nos expresamos, cómo nos buscan. Porque al final, no importa tanto si apareces en una búsqueda clásica o en la respuesta de una IA. Lo importante es seguir estando ahí, cuando alguien necesita lo que tú puedes aportar.
Y en eso, podemos ayudarte.