Hay momentos que marcan un antes y un después en la industria publicitaria, y uno de ellos acaba de suceder casi sin hacer demasiado ruido: en junio, durante las finales de la NBA, se emitió el primer anuncio creado enteramente con inteligencia artificial.
¿Un detalle curioso? Se produjo en apenas 2 o 3 días, utilizando entre 300 y 400 prompts y con un presupuesto ridículo si lo comparamos con la media: unos 2.000 dólares, es decir, menos de un 1 % de lo que costaría una pieza equivalente rodada al estilo tradicional.
El spot, lanzado por la plataforma Kalshi (un mercado de predicciones financieras), se apoyó en Google Veo 3, el nuevo generador de vídeo de alta fidelidad de Google. El resultado: un anuncio visualmente potente, con un guion coherente, producido casi en tiempo récord y emitido nada menos que en uno de los bloques publicitarios más cotizados de la televisión estadounidense.
Lo interesante no es solo la tecnología (que es espectacular), sino el modelo de producción:
En esencia: IA generativa + prompts bien afinados + postproducción mínima = un spot de prime time en 72 horas.
No es un “game over” para la producción audiovisual, pero sí un cambio de paradigma para todos los que planifican, crean y venden creatividad. Algunos puntos clave que ya están sobre la mesa:
El anuncio no va a ganar un León de Oro en Cannes. Pero cumple su función: captar atención, generar conversación y demostrar lo que viene. Cada iteración tecnológica mejora la fidelidad visual, la coherencia narrativa y la personalización.
Hoy sorprende. Mañana será lo normal.
Un spot de 2.000 dólares, generado en días y emitido durante la final de la NBA. Un símbolo de hacia dónde se mueve la publicidad: más ágil, más asequible y cada vez más impulsada por IA generativa.
Para algunos, una amenaza. Para otros, la gran oportunidad de reinventarse.